El Tajín, sabiduría ancestral de la cultura Totonaca

Bienvenida al equinoccio

Cuna del imperio Totonaca, El Tajín es una de las zonas arqueológicas que más reúnen a propios y visitantes para dar cabida al equinoccio de primavera. El misticismo, la sabiduría y las tradiciones ancestrales dan paso a una gran celebración en donde la finalidad es agradecer, pero también llenarse de la energía que se crea en los centros ceremoniales.

El Tajín está ubicado en el municipio de Papantla de Olarte, situado al norte del estado veracruzano. Es una vasta extensión que alberga vestigios arqueológicos y que aún no ha sido descubierta en su totalidad, pero según los especialistas se pueden presenciar con fascinación los diversos eventos astronómicos.

La pirámide central conocida como Los Nichos, es la que reúne a miles de visitantes cada año para hacer partícipe de la luminosidad natural que se crea mientras el sol va naciendo en este nuevo día de primavera. Su base es cuadrangular y posee 7 pisos en los que se distribuyen 365 nichos, con grecas y escaleras al centro que conforman los días de la semana, por lo que también se conoce como Calendario Solar.

Y, aunque mucho se ha hecho por ir descubriendo su significado, ha sorprendido a especialistas haber encontrado en su interior un profundo pozo que culmina hasta el último piso de este gran vestigio.

Es durante el 21 de marzo cuando -la también conocida como Ciudad del Trueno- tradicionalmente reúne a miles de personas vestidas comúnmente de blanco, quienes son guiadas por lugareños con vestimenta típica de la zona al servicio del turismo para explicarles el significado de cada ritual prehispánico.

Dentro del sitio, los totonacas se valen de los conocimientos transmitidos por sus ancestros para compartir un poco de su sabiduría y mostrar al mundo las tradiciones que aquí se celebran. La cultura Totonaca está llena de creencias que empapan a los turistas y los envuelven de un misticismo que resulta inevitable eludir; pues la amabilidad que caracteriza a los lugareños invita a disfrutar cada uno de los espacios que aquí se ofrecen.

Otro de los atractivos es la representación del juego de pelota prehispánico, a manera de los totonacas, quienes ocupaban una pelota del árbol del hule para realizar sus competencias en los más de 20 espacios (descubiertos hasta ahora) destinados para ello. 

Su gastronomía, rica combinación de sabores y olores; sus danzas, encabezadas por Los Voladores; folclore, artesanías y mucho color, dan rienda a uno de los mejores rituales para recibir el equinoccio de primavera, para muchos: la carga de energía que el ser necesita para continuar, y si no… para conocer un poco más de una de las culturas que ha dado la vuelta al mundo.