«¡Protegidos por el sabor! Las pollerías de Veracruz desafían al Síndrome de Guillain-Barré»
En medio de la alarma sanitaria que ha cerrado numerosos establecimientos en Tlaxcala, las pollerías de Veracruz se mantienen firmes, desafiando cualquier sombra de preocupación. A pesar del incremento en el precio del pollo, los comerciantes insisten en que la calidad y frescura del producto son su mayor defensa.
«¡Aquí no hay nada de eso!» exclaman con confianza, mientras los clientes continúan comprando sin titubear. La comunidad confía en la pureza de su despensa y en la integridad de los vendedores locales.
A pesar de las inquietudes, los proveedores han asegurado que no hay motivo de alarma. La respuesta es unánime: Veracruz está exento de cualquier amenaza.
Mientras tanto, en Tlaxcala, la situación es diferente. Tres decenas de negocios han cerrado sus puertas, y la sombra del Síndrome de Guillain-Barré sigue presente, cobrando vidas y sembrando el miedo entre la población. Sin embargo, en Veracruz, el sabor y la seguridad se mantienen como el estandarte de su resistencia.